Real Madrid y Atlético de Madrid mantuvieron durante la temporada 2022/2023 un pulso de 29 jornadas que acabó cayendo del lado blanco. Ahora, con la Copa de Campeones en el horizonte , el azar del sorteo ha querido que ambos clubes vuelvan a cruzar sus caminos en cuartos de final de esta competición, tan solo 17 días después de su último enfrentamiento en liga.
Un Real Madrid de récord, a por su tercer título
A estas alturas es ya innegable que este Juvenil A del Real Madrid es una de las mejores plantillas, si no la mejor, que ha tenido el club blanco en su historia reciente. El equipo dirigido por Álvaro Arbeloa ha batido prácticamente todos los récords de La Fábrica que tenía a su alcance y llega a esta Copa de Campeones lanzado, como campeón del DH5 y campeón de Copa del Rey.
Solo la derrota frente al AZ Alkmaar en Youth League, a la postre campeón, supone un borrón en esta temporada para el conjunto blanco, que apenas ha cedido 3 empates en toda la temporada, 2 de ellos fuera de casa. Aquel día, el AZ superó al Madrid plantando su defensa en un bloque medio-bajo, siendo muy agresivos sobre el poseedor del balón y lanzando con velocidad y precisión a sus jugadores de ataque tras recuperación. Y lo cierto es que parece ser la única receta para frenar a este Real Madrid. Tratar de evitar que centrocampistas como Manuel Ángel, Nico Paz o Mesonero vean el juego de cara; no dejar pensar al talento que tienen arriba en jugadores como Gonzalo García o César Palacios; y explotar al máximo los espacios que en muchas ocasiones, dejan los laterales a su espalda cuando se incorporan al ataque.
Pero como siempre ocurre con estas cosas, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. El Real Madrid es consciente de sus posibles debilidades, y han logrado esconderlas con éxito durante toda la temporada. Aun trasladando al terreno de juego un planteamiento perfecto, el Real Madrid cuenta con jugadores suficientemente desequilibrantes como para derribar cualquier sistema defensivo. En el otro lado del campo, un dato explica por sí mismo la solidez del muro blanco: 21 porterías a 0 en las 30 jornadas de la DH5.
El Atlético de Madrid, contra el pronóstico y la lógica
El Atlético de Madrid llega a esta Copa de Campeones tras una temporada en la que han sido más regulares en sus resultados que en su juego. El equipo dirigido por Fernando Torres ha combinado semanas de gran juego , con actuaciones no tan brillantes en partidos que sufrieron para sacar adelante.
Seguramente vimos la mejor versión del Atleti al inicio de la temporada, entre los meses de octubre y diciembre En ese tramo, el Atleti sumó 9 victorias consecutivas en liga y firmó una gran fase de grupos en Youth League. Un Atlético de Madrid muy práctico, que aprovechaba muy bien las superioridades que generaba en banda con ese 3-5-2 que habitualmente plantea Torres, y que era capaz de cargar mucho el área mención especial a Adrián Niño y Abde Raihani, a la vez que controlaban con solvencia las salidas rivales a la contra.
Sin embargo, esa versión del Atlético que por momentos fue un ciclón no la hemos visto en el último mes, coincidiendo también con las lesiones tanto de Adrián Niño como de Ronnie. El Atlético de Madrid ha perdido contundencia en las áreas, se le han atascado más de lo normal los partidos y ha mantenido el ritmo gracias a varias actuaciones individuales de mucho nivel y del oportunismo de jugadores como Marcos Denia.
Más allá de mostrar un nivel defensivo muy superior al mostrado en Valdebebas hace poco más de dos semanas, el Atlético de Madrid va a necesitar explotar sus virtudes con más efectividad de lo que vimos en liga. Ese desequilibrio que han generado en muchas ocasiones con Óscar, Álvaro Santamaría o Julio, con la presencia por delante de Salim como verso libre, por ejemplo, puede ser un quebradero de cabeza para una defensa blanca que habitualmente lanza a sus laterales al ataque.