Con motivo del final la temporada, no queríamos dejar de lado a uno de los clubes históricos de Madrid y ligado de facto a la División de Honor. Hemos querido hablar con Gonzalo Cuenca, técnico de uno de los equipos mas representativos de nuestra categoría para hacer balance de la temporada y de los logros del conjunto majariego en la DH5 madrileña. Conocemos un poco más como ha sido el viaje del Rayo Majadahonda durante esta temporada 21/22, uno de los clubes históricos de la Comunidad de Madrid, y que además lleva mas de veinte años manteniéndose en la máxima categoría juvenil.

Orgullo de un trabajo bien hecho, anticipándose y reaccionando a las situaciones adversas de la temporada.

¿Qué valoración general haces de la temporada en este grupo 5 donde ha habido máxima competitividad y cómo ha sido esta experiencia? :

Realmente ha sido una experiencia nueva para mi al meterme en División de Honor juvenil. Es una liga en la que ya jugué como futbolista, y me enamoré literalmente de ella. La valoración general ha sido muy positiva, tanto a nivel de clasificación como en puntos y en logros, así que acabamos muy contentos por lo que ha sido.

Aparte de la clasificación, hemos tenido la suerte de no sufrir en las últimas jornadas, principalmente por el objetivo de mantener la categoría, y hemos disfrutado cada partido con un equipo que creía realmente en nosotros.

El grupo ha demostrado que lo que trabajábamos durante la semana, era capaz de reflejarlo el día del partido. Y por todo eso podemos sentirnos y nos sentimos muy orgullosos. Como experiencia es inmejorable y excepcional.

Hubo un momento en que llegamos a pensar que estábamos metidos en la Copa del Rey, hasta incluso la última jornada. De hecho, en las últimas cuatro jornadas de la primera vuelta estábamos metidos como mejores quintos del grupo, pero al final se nos escapó en el partido frente al Cruz Villanovense en Extremadura. Fue un partido con sus peculiaridades, con muchas ocasiones, penaltis que no se pitaron, en definitiva un campo muy difícil, contra un rival muy bueno y que nos arrebató el sueño de Copa del Rey; creíamos y luchamos por estar, pero al final no se pudo.

– ¿Esperabais estos resultados antes de empezar? ¿Había objetivos marcados por el club?

Los objetivos marcados por el club eran dos: por un lado mantener la categoría. El Rayo Majadahonda es un equipo que lleva los últimos veintiún años de forma consecutiva en División de Honor, por lo tanto, era un objetivo que tenemos que cumplir.

Por otro lado, el objetivo es el de formar jugadores para que progresen dentro del club, que se puedan vender o traspasar. Al final el Rayo Majadahonda tiene esa estructura de cantera, y esa forma de trabajo. Una filosofía que pretende generar ingresos con esos jugadores, al tiempo que darles la proyección profesional que puedan necesitar.

No era tanto una clasificación esperada, sino que nosotros sabíamos que con el Rayo Majadahonda competíamos frente a clubes muy buenos y muy importantes, y el objetivo era quedar lo más alto posible.

– ¿Tenías alguna preocupación primordial antes de empezar el campeonato?

Sobre todo la responsabilidad que asumes, porque son veintiún años en la categoría. Después haber trabajado estos años con Alberto Álvarez, realizando buenas campañas, en cierto modo te sientes responsable; pero la preocupación directa que tienes que tener, y que yo tuve en su día, fue rodearme de buena gente, gente profesional para poder formar un cuerpo técnico en condiciones. Es una de las cosas de las que más orgulloso me siento. Haber podido compartirlo con Rubén, que vino del Pozuelo, o con Sergio y Fer, que estuvieron conmigo en el Rayo Vallecano, y poder incluirlos en el cuerpo técnico.

Esa fue una de las preocupaciones iniciales, rodearme de un buen equipo de trabajo, competente y al tiempo conformar la plantilla de la mano de Oscar Carazo y Manuel, responsables de la cantera del club, buscando la mejor competitividad posible. Dentro de las posibilidades que teníamos y del mercado, y a partir de ahí, confeccionar una plantilla adecuada a la competición.

Otra preocupación era entrenar en una categoría en la que nunca lo había hecho antes. Para ello estudiamos la etapa fisiológica en la que se encuentran en este tipo de jugadores. Para poder entender cómo se sienten, cómo desarrollar la comunicación y el mensaje que queremos transmitirles en cada momento, para que les llegue lo mejor posible.

– ¿Te costó adaptarte a la categoría?

Realmente no nos costó mucho, porque somos un cuerpo técnico joven. Además por mi condición de profesor, me desenvuelvo bien con este perfil de edad. A parte, he tenido la suerte de que los chicos nos lo han hecho fácil. Me gusta mucho tratar con este tipo de edad y ha sido el bastante sencillo.

– ¿Cómo ha sido el grupo que has llevado? ¿Sensaciones? ¿Fácil de llevar?

Desde el principio teníamos ganas de hacerlo bien, y hemos intentado que fuera un grupo sólido y unido desde el primer día. Ese era uno de nuestros objetivos, que fueran como una familia. Al final todo eso se transmite en el campo, y es un grupo que nos ha encantado a todos los niveles, como personas, jugadores, a nivel deportivo etc.

AD Alcorcón - Rayo Majadahonda jornada 31 Temp 21/22

– ¿Alguna pega que le pondrías a la temporada?

Realmente no habría cambiado nada. Todo lo ocurrido en el transcurso de la temporada forma parte del aprendizaje. Quizá el habernos metido en Copa del Rey, aunque no lo consideraría una pérdida. Las cosas han salido así porque tenían que salir así. Al final en una temporada las cosas pueden salir mejor o peor, pero de todo se aprende, tanto de lo bueno como lo malo.

– Habéis sido muy fuertes en casa, perdiendo sólo cuatro partidos en La Oliva. ¿Cuáles crees que han sido las claves?

Fue una de las cosas que planteamos desde el principio de temporada, que La Oliva fuera un fortín. El hecho de entrenar todos los días y ofrecerle a los jugadores situaciones similares a las que iban a vivir durante el partido, y durante la temporada, con las correspondientes soluciones, ha hecho más fácil competir. Ese trabajo diario hace bastante.

El motivo por el cual no competimos tan bien fuera de casa es difícil a veces encontrarlo. Cuando al jugador le sacas de fuera de su contexto natural y su zona de confort, se encuentra más incómodo. Comienzan ahí a surgir las dudas, y ese tipo de dudas, son los detalles que, en esta categoría marcan la diferencia. No somos el único equipo que ha competido mejor en casa que fuera, creo que es algo normal y generalizado, pero lo que no es tan normal, es que hayamos conseguido tantos puntos en casa contra rivales tan fuertes como los del grupo 5 de División de Honor.

Cuando jugábamos en casa, lo que tratamos de hacer, sobre todos en los primeros minutos, era ser muy agresivos, jugar un futbol muy intenso, llevar la presión muy alta y tener el balón, que nos durase; porque sabíamos, que equipos que vienen de fuera, y hacen muchos kilómetros, cuando bajan del bus y sienten esa intensidad en el rival, tarde o temprano les pasa factura, y en efecto así ha sido; lo hemos aprovechado.

– Como entrenador habrás intentando transmitir una serie de conceptos y mecanismos al grupo durante la temporada, ¿te quedas con la espina de que no se haya podido reflejar al máximo alguno de estos conceptos en el campo?

Haciendo resumen y propuestas de mejora, lo hablamos entre el cuerpo técnico al final de la temporada. Al final se ha reflejado tanto para lo bueno como para lo malo. Al principio de temporada nos centramos mucho en la fase ofensiva. Descuidamos construir el aspecto más a nivel defensivo, y es algo que nos acabo penalizando. En los primeros partidos encajábamos muchos goles. Es algo que posteriormente fuimos trabajando, y que mejoramos notablemente. Es cierto que al final de la temporada el equipo generaba muchas ocasiones, pero no se materializaban en gol, y en ese último tramo es lo que más incidimos.

Al final sí que lo notamos más, pero tuvimos un tramo de la temporada donde nos costaba mucho hacer goles. Al final hemos acabado con 54 goles a favor, que creo que es una buena cifra para el Rayo Majadahonda y que por lo que estuvimos mirando y cotejando, el equipo no había logrado en toda su historia.

– En cuanto a individualidades, has podido entrenar a Marco Abreu, uno de los máximos goleadores del grupo. ¿Te ha sorprendido su nivel? ¿Cómo ha sido tu experiencia?

A Abreu le conozco desde hace varios años. En sus anteriores etapas en Alcorcón, Leganés, y Adarve. Es un jugador del que no me sorprende la cantidad de goles que ha hecho. De hecho, a principio de temporada le dije que tenía que marcar más de 15 goles y que si lo hacía le iba a dar un premio, y así fue.

Lo que más me sorprende es como no consiguió un objetivo similar el año pasado en juvenil nacional, donde sólo marco tres goles. Es un jugador con condiciones muy buenas y tenía que explotarlas. Creo que con Abreu dimos con la tecla de cómo sacarle el máximo rendimiento, pero también creo que es a costa del trabajo de sus compañeros, del estilo de juego que hemos definido, marcando el camino de llegada a gol siempre mediante Abreu, o que pasaba por el. Con Juni teníamos jugadas preparadas para que el tocara el balón, y acabará en Abreu para poder generar peligro.

 

Marco Abreu Rayo Majadahonda

Por supuesto no quiero quitarle mérito a Abreu, porque ha hecho un temporadón; creo que tiene muy buenas condiciones, pero lo que le diferencia es el hambre de gol que tiene, la ambición o la alegría con la que viene a entrenar.

El entorno familiar también es fundamental, le está ayudando mucho. De hecho, en una ocasión durante la temporada estuve en su casa hablando con sus padres, porque no estaba en su mejor momento. Entre todos intentamos remar para que saliese adelante. Y de qué manera lo hizo. Al final estuvo varias jornadas pichichi de la DH5, y en el último tramo de temporada fue cuando Pablo Muñoz del Rayo Vallecano le adelantó, y al final se quedó ahí.

La verdad que en cuanto al premio no tenía nada pensado. Pero había una foto en la que sale celebrando junto a sus compañeros que es muy bonita, y le hice un cuadro con esa misma foto y se la regalé. No tenía nada pensado, pero es algo con cierto valor sentimental.

– ¿Ha habido algún otro jugador que haya sorprendido a Gonzalo Cuenca?

De la categoría han habido muchos jugadores interesantes. El caso de Iturbe, el portero del Atlético de Madrid, o Ibra el central, me parecen ya jugadores hechos, y que reúnen todas las condiciones para seguir dentro del fútbol profesional.

En nuestro equipo hay jugadores que por edad me han sorprendido para bien. Dani, Iván o Yassin, que el año pasado eran cadetes y este año era su primer año de juvenil; han tenido un peso muy importante en el equipo, jugando prácticamente todo y me ha sorprendido que siendo tan jóvenes se hayan adaptado tan bien a la categoría, demostrando estar por encima; me ha llamado mucho la atención.

A priori jugadores como Villalta o Mario, que a priori no tenían un cartel muy alto, finalmente han jugado prácticamente todos los minutos también, porque les consideraba la base del equipo.

También estoy pensando en Oussama, el lateral izquierdo del Cruz Villanovense, que tiene muy buena pinta incluso para algún equipo de Segunda RFEF o Víctor, el extremo del Badajoz, que también apunta maneras y puede llegar a ser futbolista profesional.

– En lo personal, ya comunicaste que no seguirás al frente del equipo el año que viene. ¿Sabes ya cuál será el próximo destino? 

En parte me marcho porque Oscar Carazo y Manuel se marchan del Rayo Majadahonda. Son los que apostaron por mi desde dentro del club. Ambos se marchan y creo que es algo que me tira un poco para atrás.

Además he tenido ofertas de otros equipos, varias canteras de División de Honor y algún equipo Sénior. Pero creo que para progresar un entrenador tiene que vivir todas las etapas. Sólo un año de experiencia en División de Honor se hace corto, por lo que creo que el año que viene seguiré en la categoría.

Mucha culpa de ello es porque la categoría me encanta, creo que el estilo de juego que puedo llevar a cabo luce mucho, y porque al final se tratan estos equipos como profesionales para dar el salto al mundo Sénior / Profesional.

Creo que es importante seguir aprendiendo en esta categoría, vivir más situaciones y prepararme para cuando algún club o equipo apueste por mí en el ámbito Sénior, estar lo más preparado posible.

Confío mucho en crecer en base a la experiencia y me va a venir bien prolongar la estancia. No tengo prisa por llegar lo más alto posible lo antes posible. En la vida hay que ir quemando etapas y la etapa de División de Honor todavía no está concluida.

A nivel personal busco no estancarme en la categoría. La idea y la ilusión es seguir creciendo y mantener esa ambición por hacer las cosas bien, pero con calma.

La idea es prepararme aún más. Confío mucho en crecer en base a la experiencia y siento que me va a venir bien, no tengo prisa por llegar lo más alto posible y creo que la vida es ir quemando etapas y la de Juvenil DH todavía no está concluida y así puedo seguir mejorando para dar el salto.

Aparte a nivel personal la ilusión que me va a mover al final a seguir creciendo es la de tener esa ambición por hacer las cosas bien pero con calma.

No quiero precipitarme, ni irme a un club donde ya tenga Tercera División o la categoría consolidada, sino que miro más la proyección y por eso quiero tomar la mejor decisión. Me han llamado varios equipos, pero busco un destino con proyección interna, que confié en mí y disponga de recursos a nivel personal y deportivo.

– Para terminar la entrevista, ¿Cuál dirías que ha sido el mayor aprendizaje que te has llevado (Gonzalo Cuenca) este año con este grupo de jugadores?

Desde el primer momento lideramos un transatlántico. Y al final de temporada te das cuenta de que ha llegado a buen puerto. Durante todo ese proceso, las vivencias, las experiencias de cada semana, no solo en el ámbito del fútbol, sino en el aspecto más personal, humano o individual de jugadores y cuerpo técnico, te da la capacidad de adaptarte a cada situación o circunstancia. Creo que esa es una de las principales cualidades que debe tener un buen entrenador. Nuestro preparador físico, se fue a mitad de la temporada. Le salió una oferta que no podía rechazar y se marcho. La capacidad de adaptación, saber aprovechar al máximo los recursos que tienes en el equipo o en el club para dejarlo y gestionar la situación lo mejor posible.

En ese sentido estoy orgulloso de todo lo vivido. Me ilusiona bastante que haya salido todo bien, y por ello la idea es luchar por nuevos retos sabiendo que estamos plenamente capacitados para ello.

Quizá la situación más complicada que hemos tenido que afrontar, fue la no clasificación  para la Copa del Rey. También el hecho de empezar la segunda vuelta, y motivar al equipo en una situación en la que ya no podíamos descender, y tampoco podíamos quedar primeros, ni segundos.

Trabajamos muchísimo a nivel emocional y motivacional con los chicos. Sabíamos por la temporada anterior que acabaron la primera vuelta en posiciones altas, y en la segunda vuelta no ganaron ni un partido. Es algo que no queríamos que sucediera. Al final con trabajo y la buena voluntad del grupo lo sacamos adelante y mejoramos resultados.

Fue un momento crítico eso sí. Nos previnieron desde el club. Tenían miedo o preocupación, y creo que me pude anticipar. Es algo para lo que el entrenador tiene que ser muy capaz, anticiparse a esas situaciones particulares que pueden suceder, e ir con tiempo de reacción.

Antes de saber si íbamos a estar en Copa del Rey o no, ya les decía a los chicos que independientemente de que lo consiguiéramos, aún estábamos en diciembre, y quedaba muchísima liga por delante. Sabía que podía pasar, y había que concienciarles desde el primer momento.

Con el cuerpo técnico que había supimos trabajarlo y los chicos pusieron de su parte para que todo fuera bastante bien. Pero tuvimos que aprender y ponernos las pilas para que todo lo conseguido no se viniera abajo y continuáramos luciéndonos en la categoría.

Rayo Majadahonda

Orgullo, satisfacción y capacidad de adaptación las señas de identidad de la plantilla.

Como última tarea o responsabilidad asumida estoy tratando de colocar a los chicos que ya pasan a categoría Sénior en equipos de Madrid. Soy consciente de que es un salto muy grande, donde a veces los jugadores están confundidos. Piensan que si están en División de Honor, al año siguiente van a estar en un Segunda RFEF, y eso es prácticamente imposible debido a la cantidad de jugadores que hay, la exigencia, etc. Estoy tratando de que todos tengan una salida deportiva porque se lo merecen, independientemente de que hayan jugado más o menos. En ese sentido siguen contando con la ayuda de Gonzalo Cuenca y del cuerpo técnico para ello.