Balaídos abría sus puertas para la disputa de la primera semifinal de la Copa de Campeones. A un lado, un Real Celta de Vigo con ganas de mostrarse ante una oportunidad única en el estadio de sus compañeros del primer equipo. El otro contendiente, el Real Zaragoza, con ganas de seguir reivincandose tras dar un golpe sobre la mesa batiendo el lunes al actual campeón. Un encuentro de esos para abrir boca y disfrutar de una jornada de buen tiempo en el templo del fútbol vigués.

El encuentro demostró dos estilos contrapuestos desde el minuto 1. Los locales salían tocando el balón y manejándolo a su antojo, con los visitantes esperando en la medular. Sin embargo, el Celta arriesgó mucho desde el principio con las líneas muy adelantadas y pronto un error de Fontán en la salida del balón les costaría caro. Puche robaba el balón en el centro del campo y, con una pequeña cabalgada hasta la frontal izquierda, disparó un zapatazo a la escuadra contraria de la portería de Raúl García, que poco pudo hacer. Golpeaba pronto el Zaragoza (no habían llegado ni dos minutos del encuentro) y también Puche, que brilló con luz propia a lo largo del partido.

Hasta ahí, el partido mantuvo un guión marcado por un Celta que se gustaba con el balón y con un Zaragoza echado hacia atrás, aprovechando cualquier pérdida para realizar los repliegues rápidos. Las dificultades del Celta para realizar la presión tras pérdida facilitaban las llegadas a campo rival.

Alejandro Núñez

Pero con el paso de los minutos, era evidente que el Celta iba embotellando cada vez más a los aragoneses. Eran visibles los ataques por banda izquierda, con Salomón Obama Sin embargo, el Zaragoza tuvo el segundo en el minuto 31 con un cabezazo tras córner, pero Raúl García realizó una gran parada de mucho mérito que evitó el segundo de los visitantes. Sería lo más destacado de una primera mitad que llegaba a su fin sin grandes ocasiones y con mucho por decidir. Daba la sensación de que el balón parado volvería a actuar y decidir un encuentro muy igualado.

Pero no fue así. Una jugada de Puche por banda izquierda, con posterior pase raso al primer palo, era culminada por Jaime Sancho para adelantar a los maños en el minuto 64. A partir de ahí, el partido derivó en un carrusel de cambios, faltas tácticas de ambos equipos y un Real Celta volcado al ataque. Carlos Domínguez la tuvo con un centro al segundo palo que no llegó a rematar. Era el minuto 80 y se le acababan los cartuchos al Celta, pero el Zaragoza se mantenía bien plantado sobre el terreno de juego y eso le ayudó a asegurar la victoria cuando el Celta más apretaba.

El Real Zaragoza se convierte en el primer finalista de esta Copa de Campeones y tendrá que esperar a conocer el ganador de la otra semifinal, entre Villareal y Sevilla. El Celta abandona la competición habiendo luchado y dejando buen fútbol en ambos encuentros.